En medio de la discusión que abrió el Gobierno sobre quiénes acceden al sistema de educación superior público, los cálculos en base a cifras oficiales dan cuenta que una gran porción de los alumnos no cubren las necesidades básicas.

Cabe recordar que el Presidente había manifestado que “la Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y a los de la clase media alta”.

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En medio de la polémica por el nuevo adversario que se creó el Gobierno en las últimas semanas, las universidades públicas, el Presidente subió la apuesta tras las multitudinarias marchas que ganaron las calles la semana pasada como rechazo al veto a la Ley de Financiamiento de las casas de altos estudios, y afirmó que “la Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y a los de la clase media alta”. Fue durante el renombramiento del Centro Cultural Kirchner que ahora pasó a llamarse Palacio Libertad, Centro Cultural Domingo Faustino Sarmiento.

¿Sólo jóvenes de clase media, media alta y alta van a las universidades públicas? La pregunta corrió rápido ni bien Milei lanzó la frase. Y de acuerdo a la información oficial, la afirmación del Presidente es falsa.

Ayer, el economista del CEDLAS-UNLP, investigador sobre pobreza, desigualdad y otros aspectos socioeconómicos, Leopoldo Tornarolli, presentó un gráfico en el que se muestra que el 42,6% de los alumnos universitarios son pobres; es decir, no cubren la canasta total fijada por el Indec. Como referencia, Tornarolli coordina un trabajo conjunto con el Banco Mundial para construir indicadores sociales comparables para todos los países de América Latina.

Vale destacar que el investigador muestra que en 2016 la cantidad de universitarios pobres era del 23% mientras que en 2017 había descendido al 15,7%. Para 2020, en plena pandemia, los estudiantes pobres alcanzaron el 35,8% y se mantendrían en niveles similares por todo ese año y el comienzo de 2021; luego la cifra bajaría al 24,6% para rebotar y comenzar a subir nuevamente. Entre 2022 y 2023 estuvo ubicada entre 33% y 31%. A finales del año pasado dio un salto de más de 10 puntos porcentuales.

Hay una aclaración importante que Tornarolli hace cuando le preguntan si el crecimiento de la pobreza en las universidades tiene que ver con más gente siendo pobre o con más pobres ingresando a la universidad, o ambas. La respuesta es clara: ambas situaciones explican el alza.

Por su parte, un trabajo de Chequeado muestra valores similares a los de Tornarolli: el 42,3% de los estudiantes universitarios provienen de los 4 deciles de menores ingresos. De estos alumnos, la mayoría (90,91%) asiste a universidades públicas.

El trabajo de Chequeado agrega además que “si se observa por decil, el 17% de los jóvenes son del más bajo, es decir, la parte de la población con menores ingresos. El 18,7% corresponden al segundo decil. Esta cifra aumenta al 26,4% y 30% para los deciles 3 y 4 respectivamente”.

En total, 445.503 jóvenes encuestados por el Indec para la muestra de la EPH provenientes de los 4 deciles de menores ingresos están cursando estudios universitarios. En su mayoría, lo están haciendo en instituciones públicas: en el decil 1, el 91% de los estudiantes van a universidades públicas; en el decil, 2 el 88%; en el decil 3, el 93%; y en el decil, 4 el 90%.

 

Fuente: Diario Puntal