Mientras Macri la elogia y dice que es una referente del PRO en la provincia, en Marcos Juárez la realidad cotidiana le juega en contra. La intendente vive el momento más difícil de su gestión entre calles rotas, vecinos furiosos y el fantasma de Dellarossa que sobrevuela la ciudad.

La intendente de Marcos Juárez, Sara Majorel, transita por estos días una montaña rusa emocional con gusto agridulce. O, mejor dicho, una montaña rusa que en la bajada pega un sacudón.
Por un lado, el expresidente Mauricio Macri —todavía líder con galera del PRO— la mencionó como una de sus principales referentes en la provincia de Córdoba. “Sara vino para mejorar lo que hizo Pedro”, dijo el exmandatario, en alusión directa a Pedro Dellarossa. En tiempos donde el PRO es más un rompecabezas que un partido, que Macri salga a bancarte así no es poco.
Pero mientras el respaldo amarillo suena a premio, la realidad local es más bien castigo.
La imagen de Marcos Juárez se deteriora a ritmo sostenido. Problemas en la recolección de basura, calles sucias y, sobre todo, rotas. La decisión de la compra de la máquina de asfalto en frío -con muchas opiniones en contra- era una suerte de “bala de plata” para la gestión que ya empezaba a ser criticada fuerte. Pero, tras los anuncios con bombos y platillos, terminó siendo un tiro en el pie: hicieron dos calles… y las dos se rompieron.
Majorel vive probablemente el peor momento de su gestión. Y lo sabe -se notó en el programa de Los Volpi donde titubeó como pocas veces- . Aún con más de un año de mandato por delante, la percepción social es de un ciclo que entra en zona de turbulencias. ¿Reelección en 2026? Todo indica que irá por un segundo mandato. Pero si no logra revertir esta tendencia, la cuesta arriba va a ser cada vez más empinada.
El dato positivo para la primera intendente mujer de la ciudad es que, a pesar del malestar creciente, la oposición no logra capitalizar nada. Están confundidos, dubitativos, sin un candidato fuerte a la vista -no saben a ciencia cierta para quién tendrán que militar-. Lo que en otro contexto sería una oportunidad de oro, hoy es apenas una interna de náufragos.
Y en ese río revuelto, hay un nombre que suena cada vez más fuerte: Pedro Dellarossa. Aunque no lo diga, aunque no lo confirme, aunque juegue al misterio, todos lo ven como el candidato a vencer. El problema es que pareciera que desde el propio oficialismo están colaborando con su regreso. Cada error, cada bache, cada papelón, suma un poroto para el hijo de Henry.
Y así estamos: entre el elogio de Macri, el desastre del asfalto, la oposición desorientada y un ex que está más presente que muchos actuales.
Marcos Juárez vive días agridulces. Aunque, siendo honestos… cada vez son menos dulces.
Majorel necesita reenamorar a aquellos que le dieron su voto allá por septiembre de 2022 y para ello cuenta con más de un año de gestión por delante El tema es saber si va a poder frenar la pendiente o si esa imagen brillante que ven desde la dirigencia del PRO no es más que una ilusión óptica, una simulación, una foto intervenida por inteligencia artificial, como las que se publicaron en las redes sociales del municipio en los últimos días.