Según el último informe del Indec, subieron 110% en 2022 frente al 95% de los comestibles y el 94,8% del índice general.

  Para tamberos e industria, la actualización fue claramente menor. La diferencia se centró en el eslabón comercial.

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gondola de lacteos en supermercado argentino

 

Si bien en todas las góndolas de los supermercados, la escalada de precios no tuvo pausa y terminó explicando el resultado final del 94,8% de inflación del año pasado, en particular las heladeras de lácteos mantuvieron un paso más acelerado, con un alza del 110% en promedio.

Eso también contrasta con el comportamiento del resto de los alimentos, ya que en promedio ese rubro tuvo un alza del 95% el año pasado, siempre según el Indec.

El alza no se explica, sin embargo, avanzando hacia atrás en la cadena como muchas veces ocurre, comenzando desde la materia prima. De hecho, la situación que viene atravesando el tambo en la Argentina está lejos de ser positiva y una de las dificultades que los productores vienen manifestando es el atraso en el precio que paga la industria. Un litro de leche en la tranquera tuvo en diciembre, en promedio para Córdoba, un valor de $65 según el Observatorio de la Cadena Láctea (Ocla). Se sabe que con ese litro se obtiene más de un litro de sachet; sin embargo, en la góndola el valor final ronda los $215. En el medio, por supuesto, hay una sumatoria de costos que incluyen desde el transporte y el proceso industrial hasta el canal comercial.

Justamente, el Ocla remarca que el alza de los lácteos al consumidor alcanzaron el 110% “cuando la inflación minorista fue de 95%, los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron un 95% en el año y el dólar oficial BCRA tuvo una variación interanual cercana al 70%, lo que indica que los precios de los lácteos subieron interanualmente algo por encima de la inflación general y de los alimentos, y estuvieron sí por encima de la leche cruda, que tuvo un aumento interanual del 93%”.

Sin embargo, el trabajo admite que se observa también en el análisis de los datos y con la información de Consultoras de Mercado, que existe una gran dispersión de precios en función al canal comercial y a la región.

Y destaca: “Como dato muy importante cabe mencionar que estos aumentos interanuales de los productos lácteos son en su versión minorista, el día 18/01 se publicarán los precios mayoristas (salida de fábrica) que seguramente darán un interanual del orden del 87%, es decir unos 18 puntos por debajo de los precios minoristas de los lácteos. Esto evidencia un incremento en el mark up (diferencia entre salida de fábrica y consumidor final), que no sabemos si es atribuible a mayores márgenes y/o mayores costos de logística y comercialización”, remarcan desde el Observatorio.

  Concretamente, la leche fresca en sachet de litro tiene un valor promedio de $216 para el Gran Buenos Aires y de $220 para la región Pampeana, lo que implica un alza del 139,6% con respecto al mismo mes del año anterior. En el caso de la leche en polvo, en su presentación por 800 gramos, el aumento interanual fue del 120%, mientras que el kilo de queso cremoso logró quedar por debajo de las tres cifras de aumento y culminó 2022 con un aumento del 96,8%, levemente por encima de la inflación general.

Por otra parte, en el caso del pategrás la suba fue del 101% y en el yogurt firme, del 98,6%. El dulce de leche quedó en el promedio de los lácteos con el 110%, promediando la presentación de 400 gramos los $354; justamente fue el que más aumentó en diciembre con el 8,1%.