La misma se llevará a cabo independientemente del resultado eleccionario.
Pareciera no haber dudas en el equipo económico: esta vez tenía que haber no uno sino múltiples planes de contingencia, sobre todo luego del lunes negro post PASO y tras un viernes de mucho nerviosismo en la city porteña y en los bancos. Incluso hoy, antes de cerrada la votación, sin todavía un resultado aún definido, un abanico de alternativas y propuestas sobre mayores restricciones cambiarias ya estaba en manos del presidente Mauricio Macri.
Con los resultados sobre la mesa, el Gobierno confirmó que habrá reuniones esta noche a última hora de las autoridades económicas en el Banco Central (BCRA) para monitorear los resultados de las elecciones y evaluar posibles medidas para controlar al dólar. No fue confirmada aún la presencia del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, en ese encuentro en la entidad monetaria.
En la entidad que conduce Guido Sandleris descartaron que mañana pueda haber un feriado cambiario, una de la posibilidades que se se barajaban en la previa para preparar una batería de medidas para restringir el movimiento del tipo de cambio. “Esperaremos resultados consolidados”, dijeron, en tanto, cerca de Lacunza.
“Lo que más me entusiasma es que la gente vaya a votar”, había afirmado Lacunza esta tarde, cuando le tocó ir a votar. “Somos los primeros atentos a la incertidumbre económica para atender las necesidades de la gente. No es el momento de hablar de eso ahora porque estamos en el medio de una jornada electoral. Siempre estamos al servicio de lo que hay que hacer que es trabajar para la gente”, había agregado.
Ya a mediados de la semana pasada, el equipo de Lacunza había advertido que trabajaba en propuestas y alternativas, según el resultado de la elección, para presentarle a Macri. “Nosotros nos preparamos para todos los escenarios. De ballottage o de transición. Vamos a cooperar en caso de perder el domingo”, habían advertido. Los economistas privados apostaban, más allá de quien fuera el ganador, que habría un cepo más restrictivo o un desdoblamiento.
Dentro del Palacio de Hacienda ratificaban la necesidad de priorizar la estabilidad del tipo de cambio, el mandato que el Presidente le dio a Lacunza cuando asumió, para evitar la que una mayor devaluación vuelva a impactar en la inflación con la consecuencia crecida en la pobreza.
“Estamos preparados”, reconfirmaron, a su vez, a este medio desde el (BCRA), que conduce Sandleris. Allí ya por la tarde analizaban la posibilidad de una reunión para monitorear la situación, pero descartaban que fuera un “comando de emergencia”.
Desde hoy hasta el 10 de diciembre se abre una nueva etapa que dependerá más de las señales políticas que de las económicas para devolver confianza a los mercados, en un contexto de elevada volatilidad. ¿Habrá colaboración entre Mauricio Macri y Alberto Fernández en los próximos 40 días?, ¿qué nombres liderarán su posible equipo económico? ¿cuál sería su programa económico y qué implicaría el acuerdo económico y social que plantea el presidente electo, si efectivamente, como estimaron los resultados de las PASO, Fernández ganara las elecciones? ¿qué relación establecerá con los acreedores, el FMI y con Washington?
Sólo el viernes, el BCRA perdió US$1755 millones en un contexto de “pánico” preelectoral en el que los ahorristas buscaron blindar sus ahorros huyendo al dólar y ante la desconfianza, muchos de ellos, prefirieron además hacerse de esas divisas depositadas en los bancos. Las reservas terminaron entonces en US$43.503 millones, su peor nivel en 28 meses, y el dólar, que el Gobierno había logrado congelar con intervenciones en $60 terminó en $62,37, su máximo nominal.
“Espero que el lunes Macri no se vuelva a enojar y haga algún disparate”, había dicho el lunes pasado Alberto Fernández, aludiendo a la fuerte devaluación que se registró en lunes post PASO y que para el kirchnerismo fue impulsada por el propio Macri, denuncia que en el oficialismo tildaron de ridícula. A mitad de semana, en tanto, el candidato del Frente de Todos volvió a referirse al dólar: “Vamos a respetar los depósitos en dólares”, dijo entonces.
A comienzos de septiembre, el Gobierno aplicó un cepo mayorista por el que las personas físicas tenían un límite de US$10.000 mensuales para adquirir dólares. Las empresas, en tanto, no podían comprar para atesorar, pero sí podían acceder al mercado de cambios para operaciones de exportaciones e importaciones y pago de deuda. Nadie había quedado limitado a extraer dólares de sus cuentas, ni se aplicaron restricciones vinculadas al turismo.
Unos días antes, para sacarle presión a la divisa y pavimentar la campaña electoral, el equipo económico de Lacunza impulsó un “reperfilamiento” de la deuda de corto plazo. Además, presentó sin suerte -no se logró finalmente un acuerdo con la oposición- un proyecto para renegociar la deuda con los bonos de legislación argentina y extranjera.