La Argentina empobrecida. Según un informe social realizado por el Centro de Almaceneros de Córdoba, de los 53 productos que se recomiendan ingerir para tener una dieta alimenticia saludable, las familias cuyos ingresos son de hasta 100 mil pesos solamente acceden a 23 de ellos.

  El 72% de los sueldos se destina a la compra de comida.

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Los hogares más vulnerables consumen sólo la mitad del total de alimentos recomendados en el marco de una canasta básica de tipo ideal.

En ese sentido, el Informe Social del Centro de Almaceneros de Córdoba sostiene que de los 53 productos que se recomiendan consumir para tener una dieta alimenticia saludable las familias cuyos ingresos son de hasta 100 mil pesos solamente acceden a 23 de ellos.

Esto, debido a la pérdida de poder adquisitivo a raíz de la escalada inflacionaria.

Lo antes mencionado significa un recorte en el abanico total de posibilidades alimentarias debido a que la plata no alcanza.

El estudio del Centro de Almaceneros también indica que dichos hogares destinan el 72 por ciento de sus ingresos a la compra de alimentos.

“Lo que se destaca en este informe es lo que tiene que ver con los hogares cordobeses que pasan hambre, lo que está relacionado con los niveles de pobreza que tenemos en el país”, dijo el director general del Centro de Almaceros, Germán Romero, al hacer referencia al Informe Social denominado “Alimentación de Hogares Argentinos por Escala de Ingresos”.

El trabajo fue hecho por el Departamento de Estadísticas y Tendencias del Centro de Almaceneros de Córdoba.

En torno de sus resultados, Almaceneros dijo lo siguiente:

– Argentina está enferma y no lo sabe. O lo sabe y no lo asume. Tiene síntomas de gravedad. Engulle trabajadores y trabajadoras de clase media y vomita nuevos pobres. Sangra por sus pústulas de pobreza estructural y no lo percibe.

– “La inflación desbocada mancilla la dignidad de sus familias y, de manera creciente, el hambre estrecha cada vez más el estómago y el alma de sus más pequeños e indefensos habitantes, que son su futuro”.

– “La grieta de la que todos hablan finalmente no se situaba sólo en la política, sino que la mayor parte se halló sobre su corazón, el que de pronto se tornó frío e insensible. Argentina parece haber perdido el interés por sus hijas e hijos y los abandona a su suerte, de manera antagónica a aquel dictamen del Evangelio: “Nadie le da a su hijo una piedra, si él le pide pan…”.

– “Argentina está enferma, como lo estuvo otras veces. Y como esas otras veces será el deber de todos sanarla. Sin egoísmos, sin avaricia. Con solidaridad, esfuerzo, empatía. Pero fundamentalmente con auténtica calidad humana”.