El descongelamiento de tarifas y la presión sobre el dólar potencian el alza de bienes y productos.

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Los términos que adoptó la política y la aceleración de los acontecimientos financieros a partir de las elecciones primarias le dieron forma al riesgo que asoma detrás del 27 de octubre: el descongelamiento de las tarifas, la renovada presión sobre el dólar y las remarcaciones frente a un eventual acuerdo de precios constituyen otra catapulta para la inflación.

Aunque la apuesta del Gobierno nacional es que la carrera de los precios aminorará su marcha luego del máximo anual que tocó en septiembre, cuando registró un salto mensual del 5,9%, los equilibrios múltiples de las variables macroeconómicas tambalean, según los indicios sobre el futuro que salen a flote entre las chicanas de campaña.

Y ya no queda margen de maniobra. Frente al cierre de los mercados de crédito, la sangría de las reservas que no logra ser compensada y los límites del financiamiento intra sector público, fundamentalmente con recursos de la Anses, el FMI confirmó que no liberará más dólares hasta conocer en detalle qué rumbo tomará el país a partir del 10 de diciembre. El organismo multilateral de crédito le envió un mensaje directo a Alberto Fernández, el aspirante del Frente de Todos, que se instaló como favorito con la amplia ventaja que consiguió en las PASO sobre Mauricio Macri.

La hipótesis sobre la eventual victoria de Fernández en las presidenciales supone un escenario en el que las complejidades podrían instalarse en la transición y poner en riesgo la desaceleración de los precios proyectada por el Gobierno.

Ese esbozo contempla el carácter transitorio que adoptó la reducción del IVA a partir del fallo de la Corte contra el Gobierno; la ampliación de la brecha entre el dólar oficial y las cotizaciones paralelas, que permiten sortear los controles cambiarios, y la fortaleza y la convicción política con la que quedará Macri para mantener medidas de corsé diseñadas con un horizonte electoral.

Otro elemento es el que llega de la mano del compromiso de Fernández para alcanzar un pacto social con empresarios y sindicalistas: “Si vos estás anunciando que habrá un acuerdo de precios y salarios, lo que hacés es anticipar la suba de precios”, evaluó Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva del estudio EcoGo, ante la consulta.

“Frente a la perspectiva de un congelamiento, las empresas tratan de posicionarse e incrementar preventivamente los precios. Lo que pasa que en el marco de la recesión actual tampoco hay demasiado margen para hacerlo, pero efectivamente esa es una conducta que siempre se ha observado”, completó Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano.

Dal Poggetto también hizo hincapié en la “correlación de fuerza” que arrojen las urnas, porque definirá el humor del mundo político para asumir costos. Si el resultado de las PASO se ratifica, “todos los precios que suban ahora, en 2019, son culpa de Macri, y la inflación de 2020, va a ser culpa de Fernández”, dijo.

La referencia del punto de partida es que, sin la reducción del IVA y el congelamiento de las tarifas, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el Indec podría haber ascendido “a groso modo al 7% mensual”, estimó Beker. Pero claro, el dólar determinará la actualización.

Pero aunque esos augurios de una turbulenta transición no se concreten, muchas de las variables se instalarán a partir del 10 de diciembre, cuando asuma el próximo presidente electo, y cuando comenzará la cuenta regresiva para resolver problemas urgentes, como la renegociación de la deuda para recuperar el financiamiento privado y las gestiones para alcanzar un gran acuerdo o consenso que permita revertir la inflación. Ese último objetivo se transformó en un punto en común entre Fernández y Macri luego de las PASO. Mientras que el referente del Frente de Todos ya impulsa un pacto social, desde el Gobierno apelan a involucrar a todos los actores de la vida política y económica en la lucha antiinflacionaria.

Dentro de esa maraña de situaciones que se deberán resolver en diciembre, Dal Poggetto ponderó una: “El tema previsional es muy complicado. Si no rompés la indexación previsional y querés bajar la inflación con política, tu déficit fiscal escala y si escala, tu programa monetario vuela por los aires y el acuerdo (para frenar los precios) también”.

“El programa requiere un pacto social, un acuerdo de precios y salarios, un esquema cambiario rígido, no ancla pero el dólar tiene que estar en esa dinámica de precios, consistencia fiscal y monetaria, probablemente recomponer la alícuota de retenciones y una definición sobre la deuda. Si tenés todo eso y lográs enmarcarlo dentro de un acuerdo con el Fondo, tenés un programa y buena parte del ajuste macroeconómico de la economía está hecho”, detalló la economista.

Para Beker, “el problema económico debe atacar la estanflación en la que estamos viviendo hace más de un año” y lamentó que eso “no vino de Marte ni fue casualidad” sino que “fueron políticas económicas que apuntaron a generar esta situación, en la cual es fácil caer pero muy difícil salir”. “Tenemos recetas para enfrentar la inflación, que generalmente implican un menor nivel de actividad, pero con la brutal recesión en la cual estamos viviendo suena bastante alarmante. Por otro lado, las políticas contra la recesión en general incluyen un condicionamiento inflacionario y decir que se va a incluir es como combatir el incendio con nafta”, puntualizó el ex director del Indec.