La recaudación alcanzó los $ 23.665 millones, un alza nominal del 25% pero una caída real de 10 puntos. Los fondos que llegan desde la Nación tuvieron una baja más pronunciada que los impuestos cordobeses.
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En la Provincia, los ingresos siguen cayendo. Es la consecuencia de un combo que incluye una caída en la economía que lleva 29 meses más el efecto inmovilizador de la cuarentena por la pandemia. Según informó ayer el Ministerio de Finanzas, la recaudación de julio alcanzó los 23.665 millones de pesos, lo que implica un crecimiento nominal del 25 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior pero una caída en términos reales si se tiene en cuenta el efecto de la inflación.
Al considerar la suba de precios, la recaudación en realidad experimentó una caída interanual del orden del 10 por ciento. Si la comparación se lleva al 2018, entonces la baja real llega al 16 por ciento y asciende al 20 por ciento si el año que se toma como referencia es el 2017.
Desde el Ministerio de Finanzas explicaron que el 2017 se toma como referencia porque se trata de un período precio a la crisis económica, que tuvo su origen a mediados de 2018.
Dispar
De todos modos, desde el Ministerio de Finanzas destacaron que los ingresos específicamente provinciales se comportaron mejor que los nacionales. Mientras unos crecieron un 33 por ciento interanual nominal, los de origen federal estuvieron en el 20 por ciento.
“Dentro de los recursos provinciales, el Impuesto sobre los Ingresos Brutos presenta una caída real interanual del 3 por ciento, mientras que el Impuesto a los Sellos creció a un ritmo superior al de la inflación (4 por ciento real). Si la comparación se realiza contra julio del año 2017, por ser este un período previo a la crisis económica que atraviesa el país, las caídas fueron del 19 por ciento y 21 por ciento real, respectivamente”, señala la información oficial.
Por otra parte, los impuestos patrimoniales muestran una caída interanual del 3 por ciento con respecto a 2019. El Inmobiliario mostró un incremento nominal del 31 por ciento (-6 por ciento real), que estuvo fundamentado principalmente por el flojo desempeño del Inmobiliario Urbano (26 por ciento nominal) y el incremento del Rural, que con una suba del 38 por ciento nominal equiparó prácticamente al índice de inflación.
En cuanto al impuesto Automotor, hubo un aumento interanual nominal del 47 por ciento, lo que arroja un crecimiento real del 6 por ciento con respecto al 2019.
Según remarcó el Ministerio de Finanzas, en plena pandemia, un factor clave para evitar que la caída de la recaudación fuera todavía más pronunciada fueron los canales de cobro digitales que se vienen instrumentando a nivel provincial. Durante este año, más del 80 por ciento de la recaudación impositiva patrimonial logró captarse por alguno de los canales digitales. En el período de la cuarentena, en el que la gente no tuvo a su disposición los canales físicos de cobro, el porcentaje alcanzó al 90 por ciento.
Desde la Nación
Otro ítem relevante en la composición de los ingresos es el comportamiento de los recursos que llegan desde la Nación. En términos reales, la coparticipación cayó un 14 por ciento en comparación con el 2019 y un 15 por ciento con respecto a 2018. Si se toma como referencia el 2017, la merma alcanza el 18 por ciento.
“El importante resultado negativo que muestran en julio sus dos principales impuestos (IVA y Ganancias con caídas reales del 22 por ciento con respecto a 2019) se vio compensado en parte por el marcado aumento que evidencia el impuesto sobre los bienes personales (199 por ciento de crecimiento interanual real), impuesto que, sin embargo, tiene una incidencia menor en el agregado nacional”, señala la información oficial del Ministerio de Finanzas que conduce Osvaldo Giordano.